6.4.09

El After

Una traición me unió a un grupo de desconocidos castigadores hepáticos en Subida Cumming. Esa mañana, ya desertado por mis habituales camaradas, la búsqueda de un clandestino me llevó a un antro subterráneo del puerto.

Delgada, piel blanca, como teniendo años sin tocar el sol. Pelo negro, largo y descuidado. Sus gruesos labios recordaban una manzana acaramelada, un brillante color sangre.
En la mañana de un domingo la conocí, tan sola y acompañada.
Me ofrecía cuanto podía tomar, y siempre conseguía bolsas llenas de hierba. Se transformó en mi compañera del olvido, del desamor.

Durante la semana era un estudiante.
Llegado el after era yo, en un woodstock bodeguero. Descarados, ni siquiera nos importaba dejar salir nuestros gritos y gemidos hacia oídos intrusos.

Meses después, mientras estabamos unidos y a mitad de camino, se detuvo y clavada en mis ojos dijo – Me llamo Isidora, por si te interesa…- .Todo había terminado.

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